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EL PODER DE LA PALABRA: LO QUE DECIMOS Y LO QUE ESCUCHAMOS TAMBIÉN AFECTA A NUESTRA SALUD EMOCIONAL

Cada día pronunciamos miles de palabras. Conversamos, escribimos, respondemos, ordenamos y expresamos. entre muchas otras acciones. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en el verdadero impacto que tienen esas palabras tanto en nosotros como en los demás.

Desde frases automáticas “estoy bien” o “haz lo que quieras” hasta comentarios aparentemente inocentes “eso es una tontería” o “no llores por eso”, el lenguaje que usamos da forma a nuestras relaciones, influye en nuestra autoestima y condiciona cómo interpretamos la realidad. Las palabras más que vehículos de información son instrumentos emocionales. Y como tales, pueden sanar pero también herir.

En la vida diaria, no siempre nos comunicamos de forma consciente. Reaccionamos sin pensar, respondemos desde la emoción o interpretamos desde viejas heridas. Así, los malentendidos se repiten, los vínculos se tensan y el malestar se acumula.

Aquí es donde la psicología puede ayudar. En consulta, trabajamos el lenguaje como una herramienta para construir vínculos más sanos, para clarificar lo que sentimos y para reinterpretar lo que escuchamos. Aprendemos a detectar esos automatismos que bloquean la comunicación y enseñamos formas más saludables de expresarse y relacionarse.

Este post explora cómo las palabras influyen en nuestro bienestar psicológico, por qué interpretamos lo que otros dicen de manera tan diferente, y cómo desde la psicoterapia se puede trabajar para mejorar nuestra forma de hablar, escuchar y comprender. Porque saber comunicarse también es una forma de cuidar nuestra salud emocional.

 

LA PALABRA EN PSICOLOGÍA: MÁS QUE UN RECURSO, UNA HERRAMIENTA DE INTERVENCIÓN
En psicología, la palabra es uno de los instrumentos centrales del proceso terapéutico. A través del lenguaje, los pacientes pueden expresar lo que sienten, revisar lo que piensan y construir nuevas formas de comprender sus experiencias.

Pero no basta con hablar. Es importante cómo se habla, con qué tono, desde qué actitud y con qué intención. Un “no me pasa nada” puede ser una negación, una defensa, una petición de ayuda o una forma de protegerse del dolor. Interpretarlo correctamente es clave para avanzar.


Desde el Centro de Psicología Begoña Giner, 
ayudamos a identificar y reinterpretar esos mensajes. Trabajamos con el contenido de lo dicho, pero también con los silencios, las repeticiones, contradicciones y matices que un paciente imprime en cada sesión.

 

INTERPRETAR NO ES SIEMPRE COMPRENDER

Una parte fundamental del trabajo psicológico es ayudar al paciente a entender cómo interpreta lo que oye y lo que dice. Todos escuchamos desde nuestra historia: nuestras heridas, nuestras experiencias y nuestras creencias.

Un ejemplo cotidiano: “Haz lo que quieras”.


Puede ser libertad, indiferencia o amenaza, dependiendo del tono o del contexto. El problema no es la frase, sino lo que provoca en quien la recibe.

En terapia, ayudamos al paciente a poner conciencia sobre estas interpretaciones automáticas, para que pueda responder desde un lugar más sano y no reaccionar desde la herida.

 

LAS CONSECUENCIAS DE UNA MALA COMUNICACIÓN

Cuando el lenguaje se utiliza de forma poco consciente, desde la impulsividad, la crítica o el miedo, puede generar consecuencias emocionales importantes:

 

  • Baja autoestima por auto-mensajes rígidos o negativos “soy un desastre”, “no valgo”.
  • Relaciones tensas por formas agresivas o ambiguas de comunicarse.
  • Ansiedad o culpa por frases absolutistas “deberías haberlo hecho mejor”, “siempre lo haces mal”.

En consulta psicológica, estos patrones se analizan, se reformulan y se reemplazan por formas de hablar más constructivas, sin negar la emoción, pero sin cronificar el sufrimiento.

 

LO QUE NO SE DICE TAMBIÉN SE COMUNICA

Además del contenido verbal, en terapia abordamos también la actitud, el tono, las pausas, la puntuación emocional de lo que se expresa. Una coma cambia una frase, y una pausa cambia una emoción.

No es lo mismo: “no, quiero que vengas”  que “no quiero que vengas.”

Este tipo de ejemplos los trabajamos en consulta cuando observamos que los conflictos se mantienen por malentendidos verbales. Enseñamos a escuchar de forma activa, clara y sin asumir malas interpretaciones.

 

CÓMO MEJORAR A TRAVÉS DEL LENGUAJE

Cuando cambias tu lenguaje, empiezas a cambiar tu forma de relacionarte contigo, con los demás y con el mundo. En nuestro centro psicológico abordamos el uso del lenguaje desde una perspectiva integradora:

  • Te ayudamos a revisar tus patrones de comunicación con los demás y contigo mismo.
  • Exploramos cómo te hablas internamente, qué palabras utilizas y qué efecto tienen en tu estado emocional.
  • Trabajamos la asertividad, la claridad y la empatía verbal, adaptadas a tu forma de ser.
  • Te acompañamos a interpretar de manera más realista lo que los demás dicen, evitando distorsiones o sobreinterpretaciones.

 

Posdata: hablar bien también es salud

No se trata de hablar perfecto, sino de hablar con conciencia. De usar las palabras para expresar lo que sentimos, construir puentes y no muros. Desde la psicología, el lenguaje es una herramienta de transformación.

Si sientes que tus palabras o las de los demás te generan malestar, o si notas que tu forma de comunicar afecta tus relaciones o tu autoestimapodemos ayudarte. En nuestro centro trabajamos este tipo de dificultades con cercanía, profesionalidad y sin juzgarlas.

 

 

 

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